Ventajas de exponer con un stand en ferias comerciales

El sistema económico en el que está inmerso el mundo globalizado de hoy está basado, en buena medida, en la competitividad. Dejando de lado las polémicas acerca de si esto debe o no ser así, resulta claro que todo proyecto de negocio se enfrenta en algún momento al reto de la autosuperación. En efecto, tanto si se trata de pequeños emprendedores como de medianas o grandes empresas, la lógica del sistema impulsa, en la medida de lo posible, hacia un crecimiento continuado. Dentro de ese contexto, una estrategia de expansión y de búsqueda de nuevos mercados consiste en aprovechar el potencial que ofrece el darse a conocer en ferias comerciales.

¿Y por qué esto esto es así? Las personas que encontramos en ese tipo de eventos no están ahí por casualidad, sino que acuden precisamente para comprar y vender, es decir, que hay allí una predisposición para las transacciones, una avidez por conocer nuevas empresas o potenciales clientes, ilusión por establecer contactos comerciales de todo tipo. Compárese, por ejemplo, con la neutralidad de una campaña propagandística dirigida al público en general, cansado de una avalancha de ofertas e insensible ante las novedades; o con la frustración que puede provocar la venta directa, puerta a puerta o telemática. Un stand en una feria facilita enormemente el vínculo entre el vendedor y el cliente y ofrece la posibilidad de una relación comercial más rápida.

Planifica tu stand, analiza el mercado y a tu competencia

Naturalmente, no puede uno plantarse en una cita de estas características sin más: debe planificarse la estancia —siempre breve— de modo adecuado, ya que un espacio comercial bien pensado, orientado a objetivos concretos y dotado de los elementos necesarios de marketing ferial garantizará el éxito. Pero también se trata, y esto es fundamental, de observar a las empresas competidoras, de analizar el mercado y de estar al tanto de las nuevas tendencias, es decir, de saber cuál es la demanda y cómo los otros responden a ella para, de ese modo, poder diferenciarse o cambiar de rumbo radicalmente. ¿De qué otra forma se podría tener esa información tan de primera mano si no es acudiendo a una feria?

Luego, en el caso de que se persiga el salto cualitativo que supone traspasar las fronteras del propio territorio, de nuevo las opciones que aporta una feria, en este caso internacional, son insuperables, pues no hay mejor marco que un evento con actores de diversos países y continentes para multiplicar las posibilidades comerciales de una empresa.

Es importante apreciar todas estas ventajas y, al mismo tiempo, ser precavido, pues probablemente sea muy positivo participar antes como asistente, que como expositor, ya que la visión “desde el otro lado” procura experiencia e información complementaria muy relevantes a la hora de sentar las bases que brinden una entrada exitosa en el mundo de las ferias comerciales.